sábado, 27 de septiembre de 2008

El viernes que viene en IM-PACIENTES


La Salud en las pequeñas comunidades
En IM-PACIENTES vamos a compartir la manera particular de vivir la salud en las comunidades barriales urbanas, rurales y otros ambitos donde nace y se desarrolla el camino hacia una vida mas saludable.
Como siempre, vamos a tener invitados, opiniones, experiencias, música y humor.
Pero si sos tan impaciente que no podes esperar hasta el próximo programa, dejanos tu mensaje aquí en el blog.
Los Im-Pacientes

Sala de espera: Lo que no llega al consultorio


Salud y Enfermería

Mario Martínez

Buenos Aires, viernes 16 de junio de 1978. 2 de la madrugada.
Desde que comenzó el Campeonato Mundial de Fútbol, a Lucía se le hace muy difícil concentrarse durante el día en las lecturas de los textos destinados a su próximo examen. Esa hora es más propicia, a pesar de significar un esfuerzo extra. Lee:
“El arte del cuidado es la utilización creadora y estética de la ciencia de enfermería. Se manifiesta en la relación interpersonal y en la utilización de diversas técnicas y procedimientos, donde se vinculan la reflexión, la integración de creencias y valores, el análisis, la aplicación del conocimiento, el juicio crítico y la intuición que permiten crear el cuidado.”
“Decía Florence Nightingale: “... la Enfermería es un arte, y si se pretende que sea un arte, requiere una devoción tan exclusiva, una preparación tan dura, es como el trabajo de un pintor o de un escultor, pero ¿cómo puede compararse la tela muerta o el frío mármol con el tener que trabajar con el cuerpo vivo, el templo del espíritu de Dios? Es una de las bellas artes, casi diría, la más bella de las bellas artes...”” Cierra la cita de Florence Nightingale, sigue el texto:
“El cuidado sigue siendo la razón de ser de la profesión y constituye su objeto de estudio, por lo que se hace necesario convertirlo en el centro de interés de la investigación en la enfermería. Ello permitirá consolidar científicamente su cuerpo de conocimientos, así como los fundamentos y principios en los que se basan la educación, la gestión y la asistencia de enfermería.”
En ese mismo momento, a un poco más de trescientos kilómetros de la casa de Lucía, Marta acababa de ser mamá.
Sería maravilloso, sino fuera porque se encontraba detenida ilegalmente. Le suplicó a una de las enfermeras que se llevara a su hija, que se la entregara a sus familiares, pero que la salvara.
La enfermera, presa de un terror indescriptible, se las ingenió para sacar a la niña fuera de la vieja maternidad. Lo hizo con muchísimo cuidado, poniendo toda la pericia que su profesión le había incorporado, pero guiada por su puro instinto.
Unas horas después, en el extremo norte de la misma ciudad donde Lucía preparaba su examen, otro enfermero, llamado Juan, pero a quien todos conocían como “Jeringa”, procedía a desinfectar el pliegue del codo derecho de una muchacha joven.
Lo hacía mecánicamente, respetando los pasos de cuidado que tan bien había aprendido. Antes, había colocado una compresión en el brazo para aumentar el volumen de las venas, había apartado la cantidad de gasas que sabía se necesitaban, y había acercado el frasco del desinfectante que era necesario utilizar.
Ahora podía inyectar el anestésico.
Nunca se había cuestionado por qué ponía tanto cuidado en no contaminar a un ser humano, que minutos después sería arrojado al mar.
Tema de Pototo
Luis Alberto Spinetta – Edelmiro Molinari
Versión: Leonardo Fabio.

Para saber como es la soledad
tendrás que ver que a tu lado no está
quien nunca a ti te dejaba pensar
en donde estaba el bien,
en donde la maldad.
La soledad es un amigo que no está
es su palabra que no ves llegar igual.
Si es que sus sueños son luces en torno a ti
tu te das cuenta que él ya nunca ha de morir,
nunca ha de morir.
Al observar como muere la flor
tu verás que también muere la paz
es que esa paz revivirá en su voz
la flor te la dará para plantarla igual.
La soledad es un amigo que no está
es su palabra que no ves llegar igual.
Si es que sus sueños son luces en torno a ti
tu te das cuenta que él ya nunca ha de morir,
nunca ha de morir.

sábado, 20 de septiembre de 2008

Media hora mas de IM-PACIENTES!


Desde esta semana, IM-PACIENTES va de 20 a 21,30 horas. Una hora y media para seguir compartiendo temas relacionados con la salud, disfrutando de buena música, noticias y humor.
Qué mas querés para un viernes por la noche?

Sala de espera. Lo que no llega al consultorio


Salud y Juventud

Mario Martínez

Arturo es Trabajador Social. Está encargado de los pacientes con diabetes que concurren el Servicio de Endocrinología del Hospital.
Su trabajo le gusta, pero lo que realmente lo entusiasma es el trabajo con los jóvenes.
Cuando comenzó a relacionarse con ellos, creyó que se encontraría con cuadros desgarradores, y dudó si podría afrontarlos. Para su grata sorpresa, los chicos, como prefería llamarlos, le daban constantemente lecciones de vida y entusiasmo.
Precisamente en ese momento se encontraba entrevistando a un chico de diecisiete años, que concurría desde hacía dos al Servicio.
-¿Por qué no vino tu viejo hoy?
-Nos peleamos.
-¿Y ahora por qué fue?
-No le gusta la música que escucho.
Vos también, pensó para si Arturo.
Y no pudo evitar remontarse a su propia juventud, alejada casi cincuenta años.
En aquella época no estaban de moda los viajes de egresados, pero junto a sus compañeros de quinto año habían decidido dar una gran fiesta para la promoción, sus familiares y amigos.
Habían hablado con la gente de la Sociedad de Fomento, los que les cederían el local.
Todo iba muy bien, hasta que uno de los chicos dijo de contratar a aquella banda de rock.
Las madres amenazaron directamente con impedir que sus hijas concurrieran, aduciendo que no era sano para ellas mezclarse con “esos melenudos”, como gustaban referirse a los músicos.
Los padres en cambio, opinaban por lo bajo que se trataba de una manga de drogadictos.
Las negociaciones se pusieron durísimas, amenazando con hacer fracasar la fiesta, y con ello la alegría que los chicos querían compartir.
Fue notable la influencia que las hijas lograron tener con sus padres. Muchos años después, Arturo confirmaría que la opinión de una hija sobre un padre puede decidir asuntos importantísimos, llegando incluso a escuchar blandir ese criterio a un Vicepresidente, para fundamentar su voto no positivo.
El caso es que, poco a poco, los adultos fueron cediendo, la fiesta tuvo lugar, y la banda de rock hizo las delicias de la concurrencia juvenil, como acostumbraban a decir los locutores en aquella época.
Arturo incluso formó parte de la comisión encargada de la contratación de los músicos. Para él, resultaron ser pibes macanudos. Pero ¿Quién podía contra un prejuicio?
Su padre se limitó a preguntarle -¿Y de dónde es el flaquito de campera y patillas?
-Dicen que de Valentín Alsina.
Música de rock and roll
(Chuck Berry)
Interpretado por John Lennon en Beatles for Sale en 1964.
Interpretado por Sandro en Al calor de Sandro y los de Fuego en 1965.

Te invitaré a bailar el rock and roll, nena
bailaremos como gustes
en el lugar que tú prefieras
al estilo que tú quieras
su compás gustar podrías
si lo vienes a bailar
si lo vienes a bailar.

Cuando comiences a mover los pies
tu cuerpo entero se estremecerá
su melodía pronto gustarás
y de mi furia te contagiarás.

Te invitaré…

Cuando bailamos tango, mambo y twist
toda la gente se apura a aplaudir
pero si el rock salimos a bailar
nadie en la pista quiere ya salir.

Te invitaré…

El frenesí del tropical a mí
con otro ritmo no lo consiguió
es un imán que ya nos atrapó
en esa trampa caímos tú y yo.

Te invitaré…

sábado, 13 de septiembre de 2008

IM-PACIENTES en un Congreso Médico


Entre los días 10 y 13 de Septiembre se realizó, en la ciudad de Termas del Río Hondo, Provincia de Santiago del Estero, el VII CONGRESO DE LA FEDERACION ARGENTINA DE MEDICINA FAMILIAR Y LAS III JORNADAS DE RESIDENTES DE MEDICINA FAMILIAR.
IM-PACIENTES recibió la invitación para presentarse y allí estuvimos compartiendo nuestro INTENTO DE COMUNICACION con trabajadores de la salud de diferentes lugares de nuestro País.

Sala de Espera: Lo que no llega al consultorio


Salud y Deporte

Mario Martínez

La tarde del lunes se extinguía lentamente en “La Doliente Anemia”, el café de Pompeya de la calle Río Cuarto, cerca del puente.
En el mostrador, El Vasco repasaba los vasos mecánicamente, entretenido con el diálogo que se desarrollaba en la mesa que da a la ventana.
-Se mereció el triunfo, dijo El Tipo.
-Como ninguno, acentuó El Otro.
-De entrada vino a este mundo a pelear, continuó El Tipo. –Con solo un mes de vida y acusando en la báscula poco más de dos kilos, tuvo una meningitis que prometía levárselo al otro lado.
-Pobre criaturita, se lamentó El Otro.
-Los únicos privilegiados, murmuró La Que Permanecía Callada.
-Los reflejos y la velocidad los heredó del padre, siguió El Tipo. –Una noche, cansado de ver a su hijo llorar de hambre, salió de caño. Esa vez corrió como loco y no lo agarraron.
-Esa no, acotó El Otro. –Pero dos meses después apareció en un zanjón.
-Hambrientos del mundo, uníos, susurró La Que Permanecía Callada.
-Su madre no se quedó quieta, aclaró El Tipo. -Juró que a su hijo nunca le faltaría un plato de comida. Limpió baños, pidió, suplicó, pero cumplió con su palabra.
-Esa si que fue una verdadera tigresa, definió El Otro.
-Basta de decir, se quejó La Que Permanecía Callada. –Mejor es hacer.
-La comisión en pleno le anunció la cena en homenaje a su campeonato, contó El Tipo.
-Él, que toda la vida comió salteado, ahora se va a sentar a la cabecera del banquete, comentó El Otro.
-La historia trágica se repite como farsa, agregó en un hilo de voz La Que Permanecía Callada.
-Todo se lo debe al Tío Juan, siguió El Tipo. -Él lo llevó al gimnasio, le enseñó a calzarse los guantes, a armar la guardia, a tirar los primeros golpes.
-Fue su maestro, de la única escuela a la que pudo ir, agregó El Otro.
-¿Hay algo mejor que un boxeador para otro boxeador? Se preguntó La Que Permanecía Callada.
-Yo lo vi el día que debutó, se atrevió a intervenir El Otro. –Era una maravilla ver al pibe bailoteando por el ring.
-¿Quién no estuvo esa noche? Resolvió retórico El Tipo. –Ganó, pero quedó muy golpeado. Con el tiempo fue obteniendo confianza, experiencia.
-Y disciplina, completó El Otro. –Aprendió que sin concurrir todos los días al gimnasio no podría conseguir nada. Fue trabajando cada músculo, cada fibra, hasta volverlos invencibles. Y nunca se alejó del barrio, de su gente, de su propia historia.
-Se endureció, dijo finalmente La Que Permanecía Callada. –Pero no perdió la ternura, jamás.
La canción del deporte. Marcha, 1933.
Letra de Antonio Botta. Música de Francisco Lomuto.

En un marco de azul celestial
y al rayo solar
va la juventud.
En el pecho un soberbio ideal
y un ansia sin par
de goce y salud.
Una insignia en el corazón
un emblema como ilusión
y en el alma un deseo
de honor y de gloria
que vibra y es siempre emoción.

Luchar, en justa varonil.
Luchar con ansia juvenil.
Y para la raza
conseguir el ejemplar
del porvenir.
Luchar, luchar para triunfar,
luchar y nunca desmayar.
Alentando siempre
la esperanza de imponer
la divisa "Vencer y vencer".

Caballeros del juego hay que ser,
al campo a salir
con fe y con valor.
Adversarios que van a ofrecer
en brega gentil
ejemplo y vigor.
La confianza y la inspiración
del amor a una institución
han de darnos aliento
y hacer que el esfuerzo
corone de gloria un campeón.

sábado, 6 de septiembre de 2008

El viernes que viene en IM-PACIENTES: Salud y Deporte


El próximo viernes, en IM-PACIENTES charlaremos sobre deporte y salud.
Como sucede con el arte, la actividad física está a nuestro alcance. Y tiene mucho que ver con la salud.
Animate a compartir con nosotros opiniones de expertos, ideas y experiencias.
Pero si sos tan impaciente, que no podés esperar hasta el viernes, dejanos tu mensaje en este blog o escribiendo a impacientes@yahoo.com.ar
Hasta cada momento,
Los IM-PACIENTES

Sala de espera. Lo que no llega al consultorio


Salud y Arte

Mario Martínez

Viviana era ahora la subjefa del servicio de clínica médica. El merecido reconocimiento a veinte años de trabajo.
Significaba también una mejora en sus ingresos. Y tener mayor previsión sobre su tiempo.
-Es el momento justo para que te busques un novio, le dijo su amiga Haydee.
Viviana llevaba cinco años divorciada. Hasta un año atrás vivía con su hija Sandra, pero al elegir estudios universitarios, la muchacha se inclinó por la tecnología de los alimentos. Por ese motivo se fue a vivir a la ciudad de Azul. Y Viviana quedó sola.
La soledad no le molestaba. Pero las reuniones con los compañeros del Hospital hacían que se sintiera un tanto extraña cuando todos los otros iban en pareja. Joven para ser viuda, se veía obligada a dar explicaciones que casi siempre la incomodaban.
Se ocupó en decidir como usar el tiempo libre que ahora tenía para cambiar en algo su vida. Siempre había sentido atracción por ciertas actividades artísticas, pero nunca se había permitido participar en ellas. Por otra parte, si bien recomendaba a todo el mundo realizar ejercicios, nunca encontraba tiempo para los propios.
Concluyó que la danza-jazz le permitiría realizarse en ambos aspectos.
Habló con la profesora y esta la tranquilizó respecto a la intensidad de los ejercicios.
-No te preocupes, vos empezás de cero, vamos despacio.
Y así fueron las dos primeras clases. En la tercera Viviana se sintió desafiada por sus compañeras. Estas le imprimían a sus movimientos una energía que ella dudaba tener, por lo que decidió no quedarse atrás.
-Despacio Viviana, no te apures, le aconsejó la profesora.
Pero el orgullo pudo más. Tanto así, que en un giro de la cintura sintió un espantoso tirón en la espalda. Tuvo que ir a recostarse a una colchoneta. Esa noche, a pesar de los analgésicos, casi no durmió. A la mañana siguiente estaba siendo revisada por el traumatólogo de la guardia de su Hospital.
-No te preocupes Viviana, con unas sesiones de kinesioterapia vas a reponerte pronto.
Al día siguiente se encontraba recostada sobre la camilla del Kinesiólogo. Era un joven al que no conocía mucho. Cuando Haydee se enteró se le iluminó la cara.
-¡Mirá que tenes suerte! ¿Ese pibe te tocó?
Viviana no lo había pensado de esa manera la primera vez, pero la segunda no pudo evitar dejarse llevar por esas jóvenes manos que recorrían su espalda. Como hacía tanto tiempo que manos masculinas no lo hacían. Provocando que su piel se erizara. Despertando ensoñaciones. Recuperando sensaciones olvidadas. Haciéndola recordar un placer que no sabía donde había perdido. Deseando que, ojalá, ese pibe siguiera tocándola por mucho tiempo.
Caballo Viejo
Simón Díaz

Cuando el amor llega así de esta manera
uno no se da ni cuenta
el carutal reverdece y guamachito florece
y la soga se revienta.

Caballo le dan sabana
porque esta viejo y cansado
pero no se dan ni cuenta
que un corazón amarrado
cuando le sueltan las riendas
es caballo desbocado

Y si una potra alazana
Caballo viejo se encuentra
el pecho se le desgrana
y no le hace caso a falsetas
y no le obedece a frenos
ni lo paran falsas riendas

Cuando el amor llega así de esta manera
uno no tiene la culpa
quererse no tiene horario
ni fecha en el calendario
cuando las ganas se juntan.

Caballo le dan sabana
y tiene el tiempo contado
y se va por la sabana
con su pasito apurado
a verse con su potranca
que lo tiene embarbascado

El potro da tiempo al tiempo
porque le sobra la edad
caballo viejo no puede
perder la flor que le dan
por que después de esta vida
no hay otra oportunidad.

Vocabulario:
Carutal: conjunto de carutos (genipa caruto) árbol sabanero del cual se extrae el pigmento azul que se utiliza en la pintura corporal.
Guamachito: (pereskia guamacho) cactus de hoja, típico de los llanos.
Falsetas: rienda de lazo que va al bozal. Soga corta para amarrar los caballos.
Embarbascado: persona que se encuentra bajo los efectos de una droga alucinógena.

miércoles, 3 de septiembre de 2008

El viernes próximo en IM-pacientes

Este viernes en impacientes, vamos a conversar sobre el Arte y la Salud.
Pocas actividades humanas, como el arte, tienen tanta relación con estar sanos. Construir y ser parte de una cultura son componentes esenciales de nuestras vidas y el arte es el camino.
Como de costumbre, vamos a tener invitados, ideas, opiniones y mensajes.
Si sos tan impacientes que no podés esperar hasta el viernes, dejanos tu comentario aquí para comenzar a charlar sobre nuestra salud y el arte.
Los impacientes

lunes, 1 de septiembre de 2008

Sala de Espera. Lo que no llega al consultorio



Salud y Pobreza

Por Mario Martínez

Mientras esperaban que el médico los llamara, en voz muy baja repasaban la historia. “Cholito” era el hijo. “El Vasco” el papá. Lo traía a control, le preocupaba que estuviese inapetente.
“Cholito” nunca había visitado un médico, y no quería saber nada de vacunas. Lo tuvo que sobornar con un especial de crudo y queso para que aceptara.
El médico llamó por el apellido del padre, que bastante le costó pronunciar.
-Uzabeitía.
-Buenas, doctor. Le traigo mi hijo a control. Mi suegra está internada y mi mujer la está cuidando, por eso vine yo, mintió.
-¿No tuvo problemas con el trabajo?
-Tengo un bar, me lo cuidan los vecinos, explicó.
El médico intentó obtener antecedentes del parto y del nacimiento, pero se dio cuenta que era inútil.
Hasta la fecha de nacimiento de “Cholito” era inventada. Nunca le festejaron el cumpleaños. Decía que tenía ocho años. Al año siguiente diría nueve, y así.
El médico fue entonces por el lado de los antecedentes más recientes: internaciones, operaciones, escolaridad. Por suerte hasta ahora tenían respuesta para todo.
El médico llevó a “Cholito” hasta la balanza. También lo midió, lo sentó en la camilla y lo revisó metódicamente.
-Bueno, un poco bajo de peso, pero bien en general. ¡Tenés que comer más, che!
-Es lo que siempre le decimos, doctor, dijo “El Vasco” mirando al chico de reojo, sabiendo que comía salteado.
-¿Trajo la libreta de vacunas? Preguntó el médico.
-No doctor. Nos mudamos hace poco, y parece que se perdió. La busqué como loco pero no la pude encontrar.
-¿Se acuerda que vacunas recibió?
-Y… no, la verdad que no. Tenemos cuatro chicos, ¿Sabe?
-No se preocupe. Seguro que su esposa si se acuerda. Que lo traiga ella más adelante, y vemos eso.
-Mire doctor, mi señora está muy ocupada con lo de mi suegra. ¿Y si le da un refuerzo, por las dudas?
-No, se atajó el médico, no se puede hacer eso.
-¿No se puede, o no se quiere? Inquirió “El Vasco”.
-Pero ¿Qué me está diciendo? ¿Qué no se hacer mi trabajo?
-No, doctor. La verdad que este chico no recibió ninguna vacuna.
-Pero entonces ¿Todo lo que me dijo es mentira?
-Doctor: “Cholito”, así lo llamamos, vende flores en mi bar. Yo se que en la casa mucho no lo cuidan. Me costó muchísimo traerlo. Dele, tordo, hágame la gamba…
-Me está metiendo en un balurdo bárbaro.
-En el bar ya nos metimos todos. Solo falta usted…
Chiquilín de Bachín
Horacio Ferrer – Astor Piazzolla

Por las noches, cara sucia
de angelito con bluyín,
vende rosas por las mesas
del boliche de Bachín.
Si la luna brilla
sobre la parrilla,
come luna y pan de hollín.

Cada día en su tristeza
que no quiere amanecer,
lo madruga un seis de enero
con la estrella del revés,
y tres reyes gatos
roban sus zapatos,
uno izquierdo y el otro ¡también!

Chiquilín,
dame un ramo de voz,
así salgo a vender
mis vergüenzas en flor.
Baleáme con tres rosas
que duelan a cuenta
del hambre que no te entendí,
Chiquilín.

Cuando el sol pone a los pibes
delantales de aprender,
él aprende cuánto cero
le quedaba por saber.
Y a su madre mira,
yira que te yira,
pero no la quiere ver.

Cada aurora, en la basura,
con un pan y un tallarín,
se fabrica un barrilete
para irse ¡y sigue aquí!
Es un hombre extraño,
niño de mil años,
que por dentro le enreda el piolín.

Chiquilín,
dame un ramo de voz,
así salgo a vender
mis vergüenzas en flor.
Baleáme con tres rosas
que duelan a cuenta
del hambre que no te entendí,
Chiquilín.